El club en la cuerda floja: ¿cuánto más puede soportar antes de que los responsables se vayan? | Marca
Un día, los socios deciden nombrarte como gestor del club que tanto amas y, años más tarde, el escándalo transforma a un equipo de gran renombre en el objeto de burla de toda Europa. Invertir más de 50 millones de euros en tu fichaje estrella, Dani Olmo, inscribirlo gracias a la lesión de un compañero, Christensen, y ser incapaz, en el transcurso de cuatro meses, de cumplir con la normativa que permitiría a dos de tus refuerzos seguir en la competición, ejemplifica a la perfección en lo que se ha convertido el Barça de Laporta: un club de juguete.
Y ahora, cuando el plazo se ha acabado y no hay lugar a las excusas, ya sabemos lo que nos espera por parte de Laporta y sus acólitos: una campaña desde el club llena de victimismo, muchos enemigos en Madrid y una estrategia parecida a la del ‘caso Negreira’ señalando a los que quieren acabar con el Barça. Incluso si alguien se atreve a criticar desde dentro del entorno culé la gestión de Laporta se le acusará de alimentar el antibarcelonismo y ser peor incluso que los propios madridistas. Tiempo al tiempo.